¿Sabes, cielo?
He escuchado que los sueños
nos muestran a nosotros mismos
en mundos paralelos al nuestro.
Pues, cielo...
creo que la he jodido si tal teoría es cierta.
Porque entonces, en multitud de universos,
estoy muriendo de forma violenta.
Y mis otros yo
suelen ser violadores, asesinos, cabrones,
mentirosos compulsivos o estafadores...
Ya decía yo que me asombra
que la gente me crea buena persona,
si en cada mundo alternativo
soy poco menos que el mal en la sombra.
Y es que, cielo...
Estoy dando tanto rodeo
para decirte que esta noche
he estado soñando contigo.
Y en el sueño,
yo no era sólo tu amigo.
Nuestro amor brillaba sincero,
tu felicidad la creaban mis besos
y mi alegría era poder protegerte,
vencer juntos nuestros miedos...
yo existía sólo para quererte.
Y me sentí extraño, cielo.
Si en un universo de cientos
tú y yo encontramos la felicidad
al abrazar nuestros cuerpos,
me pregunté si pudiera ser igual
en este mundo donde la casualidad
ha querido que nos encontremos.
Ya lo sé, cielo...
Para ti, soy casi un desconocido
y me queda grande la palabra "amigo".
Mas al pensar en esa onírica vida contigo
me desoriento y se aceleran mis latidos
hasta el punto de que crece en mi pecho
la obsesión de crear, para ti, el más bello poema...
Pero nunca existió dentro de mí tan gran poeta
y no me queda más alternativa que compensar,
como de costumbre, la calidad con la cantidad.
No añadiré nada más, cielo.
Supongo que me quedaré pensando
en este jardín que la noche ha creado
qué camino es el adecuado...
Si el que mil de mil y una veces
me arroja al peligro y al fuego
o el que una de mil y una veces
consigue que venza al mal y al miedo
y consiga decirte "te quiero".
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