Fito, mientras tanto, se fijó detenidamente en Canael…
el cual, a su vez, apartado de los demás, observaba a Sheila.
El esqueleto sonrió con maldad y se acercó al demonio.
-La miras mucho, Canael –comentó Fito con un tono
banal-. Y de no ser porque tus ojos son tonalidad rojo infierno y no
tienen iris ni pupilas, diría que la miras de una manera un tanto
especial.
Canael
no respondió de primeras. Tan sólo desvió su mirada a Fito con
rostro imperturbable.
-Es
mi amiga –respondió lentamente el demonio.
-Y
la mía –asintió el esqueleto-. Y es preciosa, dulcísima e
inteligente… no está mal, teniendo en cuenta que es un fantasma.
-¿Adónde
quieres llegar, amigo Fito?
-Absolutamente
a ninguna parte, amigo Canael. Pero es tu amiga, y yo soy de la
opinión de que chico hetero y chica hetero sólo pueden desarrollar
una amistad si existe la más mínima probabilidad de “algo más”.
Sólo digo eso. Imagino que también eso puede aplicarse a demonio
hetero y fantasma hetero. Porque eres hetero, ¿no?
-Fito.
Escúchame bien. Soy un demonio. Un maldito por toda la eternidad
demonio. ¿Crees que puedo siquiera pensar, imaginarme amando a
alguien?
-¡Oh,
no! ¡Por supuesto que no! –negó rápidamente Fito-. Eres un
demonio malo que ha pasado siglos pagando la penitencia, precisamente
por haberte enamorado anteriormente de alguien. Es lógico que
quieras aumentar la tragedia sobre ti. Queda muy mono. La verdad,
tienes todo el derecho del mundo a querer ser aún más desgraciado
de lo que eres. Pero… bueno, tan sólo digo que si tú no te
lanzas, lo hará Sebas o uno como él. Y eso sí que me jodería,
¿sabes? Yo, al menos, preferiría saber que nuestra pequeña Sheila
está cuidada por un demonio que la quiere antes que con un
gilipollas que sólo la desea.
-Basta,
Fito. No sabes de lo que hablas. Estás imaginándolo todo.
-Sí,
tienes razón, Canael –suspiró Fito, dándose media vuelta-. Y por
cierto, te recuerdo que sueles andar desnudo por ahí. Quizás
ayudaría a que yo dejara de imaginar cosas el que tú dejaras de
empalmarte cuando miras así a Sheila. Es sólo un consejo…
Y,
por primera vez en la historia, un demonio se sintió completamente
azorado.
Continuará