La
furgoneta de los Cazadores Independientes de lo Paranormal y lo
Oculto Taumatúrgicamente Eficientes se detuvo en una de las puertas
de acceso a la Estación Sur.
-Iremos
el Pater, Harry y yo –ordenó Jingjing antes de mirar a Manolo y a
Sebas-. Vosotros dos quedaos aquí y vigilaros mutuamente.
-Es
impresionante –murmuraba Sheila, invisible, al oído de sus
compañeros-. Cuanta gente, y tiendas y luces… casi… casi me
agobia un poco…
Fito
y Poeta lo observaban todo desde el interior de sus disfraces, con
los sombreros calados hasta casi la oquedad nasal y las gabardinas
abrochadas y subidas hasta prácticamente el mismo punto.
-Por
el amor de Dios –rezongaba Fito-. Llamamos así más la atención
que si fuéramos en huesos.
-Al
menos así llamamos la atención –se escuchó tenuemente la voz de
Cosme desde el bolsillo inferior derecho de la gabardina de Poeta-.
De la otra manera esto sería un maremagnum de gente huyendo y
chillando.
-¡Oh,
mirad! –exclamó Fito.
Todos
se giraron. Fito señalaba una tienda de electrodomésticos en cuyo
escaparate estaban expuestos numerosos televisores. En las pantallas
aparecía el resumen del partido entre el Real y el Atlético.
-Oh,
para combatir el tedio, en el cementerio, organizábamos de vez en
cuando una competición futbolera –le explicó Fito a Rubén-.
“Balónhueso”, lo llamábamos. Poeta y yo jugábamos como
delanteros en el equipo “Tibias Peligrosas”. Me encantaba el
momento de salir a las fosas con nuestros harapos grises haciendo de
uniformes y el resto de los muertos aplaudiéndonos… ¡incluso
ganamos el campeonato un par de veces! Era un evento emocionante.
Imagino que sería la competición deportiva de muertos vivientes más
importante del mundo, ¿verdad? Yo, al menos, no he escuchado hablar
de otra. Ah, ese sonido hueco al chutar el balón…
-¿Teníais
balón? –preguntó Rubén, a pesar de casi no escuchaba a su amigo
y giraba la cabeza hacia todas las direcciones intentando ver al
Espectro o a Isabel.
-¡Claro,
era Cosme! –respondió Fito, completamente en la inopia-. Es que
las calaveras con mandíbula inferior no rodaban bien, así que…
-¿Has
terminado ya? –gruñó la voz del invisible Canael.
-¿Pasa
algo, Canael? –preguntó con miedo Rubén.
-Siento
la presencia del Espectro aquí –respondió el demonio.
Continuará
Si son gabardinas de piel... ¿se podría decir que van en cueros?? quizá eso explicaría que llamaran tanto la atención...
ResponderEliminarDeberías cambiar el coyote por el filosoraptor. Te pega más xDD
ResponderEliminarLo del coyote me lo puse en su día porque insistía e insistía en ir tras un "bocado" que a mi me parecía jugoso y siempre terminaba hecho mierda y sin aprender nada para cambiar las cosas, y volvía a repetir la misma historia una y otra vez...
ResponderEliminarEl coyote siempre me cayó mejor que el correcaminos, desde luego...
ResponderEliminarY a Piolín, le apretaría el cabezón hasta que estallara ¬¬
Es que el correcaminos cae simpático pese a lo cabrón y desalmado que es, pero es que el piolín encima se ríe y se recochinea...
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