viernes, 22 de marzo de 2013

Estoy de Vuelta 80


Fito condujo por una carretera secundaria hasta llegar a un camino de tierra. Allí, entre dos campos de cultivo en barbecho, detuvo el vehículo y lo aparcó tras unos árboles, oculto de miradas curiosas.

Los amigos salieron del coche. Nadie dijo lo más mínimo durante un rato.

-¿Y bien? –preguntó Cosme- ¿Ya está?

Rubén frunció el ceño. No terminaba de encajar…

Nadie se había percatado pero, sorprendentemente, Fito había logrado robar un tubo de pegamento instantáneo en su huida. Y Rubén parecía tener el mejor pulso de todos…

El joven observó la recompuesta calavera. Las grietas rellenas de pegamento eran ostensiblemente visibles y algunas piezas no encajaban bien con otras, dejando pequeños huecos por todas partes.

-Bueno, eh… -respondió Rubén, sin atreverse a decir que había realizado una chapuza.
-¿Puedes auparme para que me vea en el espejo retrovisor? –pidió la recompuesta calavera.

Rubén tragó saliva, cogió a Cosme y le puso enfrente del espejo.
Un premolar se cayó al suelo en ese momento.

-“¡Oh, Cosme, amigo de mi corazón,
deja que te cante una loa
para sacarte de tu depresión!
-¡Vete a tomar por culo, Poeta! –gruñó Cosme-. ¿Estás viendo como estoy?
-“Naturalmente que lo estoy viendo.
Y eres feo, he de reconocer.
Pero te recuerdo y te advierto:
¡tampoco antes eras de buen ver!
-¿Sabes dónde puedes meterte tus versos, puñetero trovador? ¿No? ¡Dónde te he mandado a tomar hace un momento!

Continuará

3 comentarios:

  1. Bueno, al menos está entero... (el que no se consuela es porque no quiere)

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  2. Realmente, Cosme nunca ha estado entero, me temo...

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  3. Podían haber aprovechado para hacer alguna reforma. No sé, ponerle extensiones o rastas o algo. Igual algún miembro o pegarle alguna costilla o algo...

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