La
diablilla llamada Lij lamió sus garras para limpiarlas de las
vísceras de los pecadores a los que acababa de torturar. Cuando
terminó, suspiró aburrida.
-Este
tedio realmente sólo puede darse en el infierno –pensó mientras
comenzaba a masturbarse distraída.
En
ese momento, sintió pavor y se escondió tras un enorme montón de
sesos y testículos arrancados. Uno de los demonios mayores se
acercaba. Lij le observó y sintió curiosidad.
Era el mismo demonio
que había liberado a un espectro en la tierra. Hacía mucho tiempo
que nadie había usado ese truco y el rumor se había extendido por
todo el infierno.
La condena de Lij incluía (obviamente, entre otros
castigos mucho peores) grandes temporadas de aburrimiento. Su
curiosidad hacia cualquier cosa era sólo una manera de intentar
encontrar algo divertido que atenuara su pena. Así que cuando le
llegó el rumor de que un demonio había usado el casi olvidado truco
del espectro, decidió preguntarle a una de las antiguas brujas
arpías a las que nada puede ocultárseles y que estaba en deuda con
Lij.
Ahora, la diablilla Lij sabía las motivaciones del
demonio, sabía sus planes y su temor a que su “mascota” se
descontrolara y le traicionara devorando un alma inocente.
Lij suspiró aliviada cuando el gran demonio se alejó,
sumido en sus cábalas. Y Lij comenzó a pensar. El relato de la
bruja arpía había sido algo entretenido, pero ya se había acabado,
y el aburrimiento volvía a amenazarla.
¿O quizás no? Una perversa idea asomó a la mente de
Lij. La diablilla odiaba con todas sus fuerzas a los demonios
mayores. De hecho, odiaba con todas sus fuerzas absolutamente a todo.
¿Y si se atreviera a…? El atisbo de la idea ya era
suficiente como para inundarla de una mezcla de ansia y emoción que
rayaba en el terror, pero… si salía bien acabaría con su
aburrimiento durante mucho, mucho, mucho tiempo… ¡tan sólo
recordar que una simple diablilla había dejado en ridículo a un
demonio mayor sería suficiente para pasar largos años sin
aburrirse!
¿Y si saliera mal? Bueno, ella sentía horror hacia los
demonios mayores… pero ya estaba en el infierno. ¿Qué podrían
hacer que fuera peor que eso?
Lo había decidido. Haría fracasar los planes del
demonio mayor. Ayudaría al Espectro a devorar un alma pura.
Continuará
Vaya hombre, yo que pensaba que iba a ¿despurificar? a la chica o algo así...
ResponderEliminarDespués del experimento en tu blog, la próxima vez que escribamos algo a pachas, casi creo que debería ser ponno...
ResponderEliminarUmmmm...
La verdad es que el comentario me ha quedado feo, feo... y hasta vale para buscarle doble sentido... y...
Nah, que la próxima vez que escribamos a pachas, que sea sobre florecillas en primavera.
Aunque a eso también puede buscársele el doble sentido...
¿y a qué no se le puede buscar dobles sentidos? ¿qué gracia tiene no hacerlo?
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