martes, 11 de diciembre de 2012

Estoy de Vuelta 42


Sheila y Canael, mientras tanto, estaban sentados en el alféizar de la ventana.

-Sé que fui yo quien te pidió que intervinieras -comenzó a hablar el fantasma-, pero... ¿no crees que ha sido un poco exagerado? Quizás hayamos traumatizado a ese crío de por vida.
-No -Canael negó con la cabeza-. Todos, de niños, vivís experiencias traumáticas. Auténticos horrores nocturnos os acechan cada noche, y todos, todos, lo sabéis. Pero según crecéis, olvidáis. No importa la cicatriz que os quede y que, bien visible, os acompañará toda la vida. No importa, porque lo habréis olvidado. Y lo que se ha olvidado ya no existe. Eso será lo que le pasará a Nando. Le quedará la cicatriz, pero antes o después, olvidará.

Sheila asintió en silencio y ambos descendieron hasta el suelo.

No más llegaron junto a los otros, tuvieron que volverse de nuevo invisibles mientras los otros cuatro entraban rápidamente en el coche de Sebas y cerraban la puerta. La luz del portal de Isabel se había encendido.
Expectantes, observaron como el padre de Isabel salía del portal a la noche, llegaba hasta su propio coche, se metía en él y arrancaba, desapareciendo por una calle contigua a los pocos segundos.

-Era el padre de Isabel -murmuró Rubén.
-¿Adónde irá a estas horas? -se preguntó Cosme.
-¿Le será infiel a su mujer? -aventuró Fito.
-¿Y bien? -preguntó Rubén, impaciente, a Sheila y Canael-. ¿Qué ha pasado allí arriba?
-Tu novia está en casa de su tía -explicó el demonio-. Y debo decirte que su hermano pequeño es...
-Tonto del culo -terminó Sheila.
-¡Por favor, muchacha! -exclamó Fito-. ¡Qué lenguaje!
-Es decir, que hemos hecho el viaje para nada -Rubén se sentía destrozado por dentro-. Y aunque estuviera, ¿qué importa? Yo jamás tendré el valor para decirle que sigo viv... que sigo aquí. Lo mejor será que vuelva al cementerio -Rubén no pudo contener las lágrimas-. Esto se ha acabado. Ya no hago nada aquí.

Todos callaron por un momento.

-Supongo que tiene razón -comentó pesaroso Cosme-. Y eso vale para el resto de nosotros. Nos embarcamos en este viaje para acompañar a Rubén. Si él decide que es lo mejor, los demás tenemos que apoyarle. Han sido unas bonitas horas...

Sheila asintió con la cabeza mientras se deslizaba una etérea lágrima por su mejilla translucida.

-¡Os podéis ir todos a la mierda! -les gritó Fito-. ¿Ahora os rendís? ¡Vale, yo no quería salir del cementerio! Pero, ¿no os dais cuenta? Ahora que hemos salido, esa prisión... ¡antes era sólo eterna! Ahora será inaguantable. Mi corazón me dice que hicimos bien, y mi corazón me dice ahora que no debemos volver.
-Tu corazón se pudrió hace años -le recordó Cosme.
-Yo siento aprecio por ti -dijo Fito en un tono de voz que ninguno de ellos había escuchado antes-. Sigo teniendo corazón.
-Pero antes teníamos un motivo para seguir -razonó Cosme-. Ahora no. Ahora sólo nos queda vagar por callejones ocultándonos de la gente corriente. 

Continuará... 

lunes, 10 de diciembre de 2012

Estoy de Vuelta 41


Nando quedó perplejo, respirando rápida y hondamente, sudando como un cerdo mientras su madre se alejaba. El niño pestañeó e intentó pensar con claridad.

-Ha sido una alucinación -se dijo-. Tiene que serlo...

Nando volvió a la habitación de su hermana. Estaba vacía pero... ¿era su imaginación o le había parecido ver el rostro de una linda muchacha en el cristal de la ventana?

Intrigado, olvidando por un momento su terror, se asomó. Y lo que vió heló su corazón. Pudo reconocerle a pesar de la oscuridad de la noche, a pesar de la fina lluvia que comenzaba a caer. De pie, al lado de un viejo coche, con un viejo atrapasueños de su hermana colgando de su cuello, mirándole fijamente.

Rubén.

Nando sintió desvanecerse. Había venido a por él. Quería vengar a Isabel. Y había traido una horda de demonios consigo.

A Nando sólo se le ocurrió una cosa...

En casa de tía Asun sonó el teléfono. La tía Asun sonrió y lo cogió con delicadeza.

-¿Dígame?
-¡Tía, tía, tía! ¡Soy Nando! ¡Nando! ¡Ponme con Isa! ¡Isa! ¡Ponme con Isa!
-Vale, vale, tranquilo... te paso con tu hermana. ¡Isabel! ¡Es tu hermano!

Isabel se extrañó. Que ella recordara, Nando nunca la había llamado... sorprendida, agarró el auricular.

-Dime, Nando.
-¡Te quiero! -gritó su hermano mientras comenzaba a llorar- ¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Te quieroooo!
-¿Te estás riendo de mí?
-¡No! ¡Nunca más! ¡Nunca más! ¡No! ¡Te quiero!
-Nando... ¿te encuentras bien?
-¡Sí! ¡No! ¡Te quiero! ¡Sí!
-Nando... ¿me pones con mamá?
-¡Sí! ¡Con mamá! ¡Con mamá! ¡MAMAAAAAAAÁ!

Isabel comenzó a buscar en el listín de su tía números de teléfono de psicólogos mientras su madre, que había oido la conversación telefónica, se disponía a coger el auricular a la vez que se admiraba de lo eficaces que eran un par de cachetes en el momento oportuno y se preguntaba porqué no lo habría hecho mucho antes...

Continuará...

sábado, 8 de diciembre de 2012

Estoy de Vuelta 40


Dentro de la habitación de Isabel, Nando miró a su alrededor. Había creido oir algo, pero no vió nada raro. Jamás nadie le había pegado, y sería Isabel quien pagara por ello.

-Tienes que detenerlo, Canael -pidió Sheila-. Por favor.

Canael miró a los ojos del fantasma. Respiró hondo y asintió con la cabeza.

Nando encendió el mechero y comenzó a acercarlo a las fotografías...
Inesperadamente, la luz se apagó y la habitación sólo quedó iluminada por la tenue luz del mechero.

-¿Qué...? -comenzó a preguntar el muchacho.

De repente, sonó una voz de ultratumba que parecía venir de su propio corazón.

-Nando.

Nando palideció y mantuvo alto el mechero.

-¿Qui-quién hay ahí? -tartamudeó.
-Me llamo Canael, Nando -respondió la voz-. Soy el demonio que se lleva a los niños malos.

Y Nando, a pesar de la oscuridad, vió como se materializaba ante él un horrible ser con alas de murciélago, largos cuernos de ébano y ojos rojos como el mismo infierno. Y cuando el ser volvió a hablar, lo hizo mostrando unos horribles colmillos blanquecinos.

-He venido a por ti, Nando...

Las fotos cayeron al suelo. Nando comenzó a chillar y salió corriendo de la habitación. Aterrorizado, chocó con su madre en el pasillo.

-¿Qué es éste escándalo? -le gritó su madre.

Y volvió a cruzarle la cara.

Continuará

jueves, 6 de diciembre de 2012

Estoy de Vuelta 39


-¡Esa es! -gritó Rubén-. ¡Esa es la calle donde vive Isabel! En el número catorce, el piso séptimo...
-¡Por fin! -exclamó Fito-. Ahora sólo tienes que bajarte del coche, llamar al telefonillo y decirle a tu novia que eres un muerto viviente.

Rubén miró horrorizado a su amigo.

-Quizás Rubén prefiera que un demonio invisible tantee el camino -dijo Canael con tono educado.
-Yo también puedo hacerme invisible, podría acompañarle -añadió Sheila-. Si quieres echaremos un vistazo de como está tu novia...

Rubén asintió con la cabeza. Parecía que todo el arrojo que había tenido hasta este momento se hubiera esfumado. Se sentía completamente inseguro y sólo quería retrasar el momento de reencontrarse con Isabel lo más posible.

Canael y Sheila se desvanecieron. Los dos amigos, invisibles e intangibles, visibles sólo por ellos mismos, volaron hasta un alféizar del piso que Rubén les había indiciado y se asomaron por la ventana.

Era la habitación de Isabel, ordenada y limpia. Dentro de ella, había un chico gordo de unos once años, que parecía furioso y con las mejillas rojas, revolviendo los cajones de su hermana. Por fin, pareció hallar lo que buscaba. Con una malvada sonrisa de triunfo, cogió un puñado de fotos de uno de los cajones. Eran las únicas fotos que Isabel y Rubén se habían hecho juntos en dos o tres fotomatones. Nando habría preferido quemar todas esas cartas cursis que Rubén le escribía a su hermana cada pocos días, pero Isabel las llevaba siempre encima como un amuleto, bien en el bolso, bien en la mochila.

-¿Qué está haciendo? -susurró Sheila desde el alféizar.
-Daño -respondió el demonio, quien permaneció inmutable cuando Nando sacó un mechero del bolsillo. Sheila se indignó.
-Canael... ¡tenemos que hacer algo!

Continuará...

martes, 4 de diciembre de 2012

Estoy de Vuelta 38


No había pasado ni media hora cuando los Cazadores Independientes de lo Paranormal y lo Oculto Taumatúrgicamente Eficientes llegaron al cementerio.

-¡Bendito sea Dios! -exclamó el Pater nada más bajar de la vieja furgoneta-. ¿Qué ha pasado aquí?
-Un mínimo de treinta y cinco tumbas abiertas y vacías -contó Harry-. Quizá más. Manolo tenía razón, algo ha ocurrido esta noche.
-¿Muertos vivientes o simples sectarios profanadores? -preguntó Manolo.
-Algún juego de rol, seguro -opinó Harry.
-¡Eh! ¡Que yo juego al rol! -protestó Manolo, a la vez que sacaba un dedo índice de su nariz.
-Nos es indiferente, amigos -les interrumpió Jingjing-. Sea lo que sea, investigar esto puede darnos el empujón que necesitamos. Buscad rastros, buscad pruebas, cualquier cosa. En cuanto tengamos algo...
-Si tenemos algo -la corrigió Harry.
-En cuanto tengamos algo -recalcó Jingjing-, nos pondremos en marcha.

Continuará...

lunes, 3 de diciembre de 2012

Estoy de Vuelta 37


Sheila miró con tristeza a Canael. Se sentía muy culpable, pues era obvio que los recuerdos, fueran los que fueran éstos, habían vuelto a desgarrar el corazón del demonio. Sheila dudaba si debería disculparse o si Canael preferiría seguir en silencio.

Rubén se sentía amilanado al lado del demonio. ¿Qué importaban sus sufrimientos frente a todo lo que Canael habría debido pasar?

-Perdóname si te he hecho recordar algo malo -dijo por fin Sheila.

El demonio pareció despertar y la miró fijamente.

-No hay nada que perdonar -respondió-. Algunos hechos... no son buenos. Eso es todo.
-Lo entiendo.
-Además -continuó hablando Canael-, para seros sincero, aún no me hago a la idea de haber dejado sin protección el cementerio...
-¡Vamos, Canael! -intentó animarlo Fito-. ¡No seas nenaza! Tú mismo dijiste que no te habías estrenado de portero durante años, ¿no? ¿Qué problema hay? ¿Crees que los otros difuntos van a encargar una pizza mientras juegan al parchís o qué? ¿O que quizás se hayan ido de pingoneo? ¡Deberías disfrutar el momento, tío! ¡Estás rodeado de amigos en una noche de juerga por la ciudad! ¡Incluso tenemos coche prestado! Y ahora mismo vamos a salir de este mugriento polígono industrial para conocer a la chavala de uno de los nuestros...

Y, para sorpresa del mismo demonio, Canael esbozó una sonrisa.

-Tienes razón -asintió el demonio-. ¿Qué muerto querrá salir esta noche del cementerio si no lo ha hecho durante siglos?

Continuará...

domingo, 2 de diciembre de 2012

Estoy de Vuelta 36


-Acabo de interceptar una llamada por radio de la policía -comentó Manolo visiblemente emocionado mientras llegaba en camiseta y calzoncillos largos a la sala de reuniones.

Manolo era un feo hombre delgadísimo y larguirucho con cara de roedor mal afeitado. Aún llevaba puestos los enormes auriculares de su equipo de radioaficionado, los cuales hacían, junto con sus gruesos anteojos, que fuera aún más incómodo de ver. Entre sus aficiones podemos citar el estudio de la estadística, las matemáticas, el cálculo actuarial, la trigonometría, la teoría probabilística y el hurgarse la nariz.

-¿Y qué? -preguntó el fornido Harry con su tosco acento inglés mientras afilaba cuidadosamente una estaca de madera con su gigantesco cuchillo.
-¡Algo ocurre en la ciudad esta noche! -rió nervioso Manolo-. ¡Podría ser lo que estuviéramos esperando!
-Querido Manolo -intervino dulcemente el Pater a la vez que se ajustaba su alzacuellos-, no des tantas vueltas y explícanos qué ocurre.

El Pater era un excesivamente pulcro sacerdote de unos cincuenta años. Siempre iba bien afeitado y sus canas y entradas se acentuaban más y más con el tiempo.

-Un policía afirma haber sido atacado por dos muertos vivientes en un coche robado.

El Pater y Harry se miraron entre ellos y luego miraron fijamente a Manolo.

-¡Hay más! Un grupo de prostitutas llegó a la comisaría diciendo que las había atacado un horrible monstruo. Y unos jóvenes han muerto en extrañas circunstancias. Estaban de fiesta en la casa de uno de ellos y el asesino no hizo nada por ocultar su crimen... ¡dejando incluso la puerta de la calle abierta para horror de los vecinos! Los cadáveres estaban horribles, como si hubieran sido... “¡chupados!” ¿No creéis que puede ser nuestra oportunidad?
-A mí lo único que me parece es que en una comisaría se han pasado con el cava al celebrar la jubilación de algún agente -sonó la hermosa voz dulce y exótica de Jingjing-. Pero no estamos en condiciones de descartar nada por absurdo que sea. Estamos al borde de la ruina.

Jingjing era una atractiva mujer de rasgos orientales con poco menos de treinta años. También era la líder de este pintoresco cuarteto.

-Yo sabía que esto no saldría bien -masculló Harry-. Formar un grupo de cazadores de fantasmas y vampiros, de estudiosos de lo paranormal... estaba claro que no tenía futuro ninguno.
-A lo hecho, pecho -le cortó Jingjing-. Tenemos que agarrarnos a una clavo ardiendo, un caso lo suficientemente espectacular que nos dé publicidad... si no queremos que los Cazadores Investigadores de lo Paranormal y lo Oculto Taumatúrgicamente Eficientes desaparezcan por falta de fondos.
-O abreviadamente... -dijo Manolo mientras hurgarba en su nariz con aire distraido.
-Cállate -ordenaron secamente los otros tres.
-¿Qué más datos tenemos, Manolo? -preguntó Jingjing.
-Prácticamente nada más -respondió el aludido-. He señalado en un plano los lugares aproximados donde se han dado los casos extraños y las horas aproximadas, y he intentado encontrar una tendencia, una secuencia... algo. Pero no parece seguir ningún orden lógico, es todo muy aleatorio... ni siquiera inicia la forma de un pentagrama o algo así.
-Veamos, el primer suceso ocurrió en esta carretera... -indicó Harry.
-La cual termina en el cementerio -observó Jingjing.
-Si son realmente muertos vivientes deberíamos empezar a buscar por allí -opinó el inglés.
-Ojalá contáramos con un médium en el grupo... -suspiró Jingjing.
-Ninguno era lo suficientemente imbécil como para unírsenos -Harry torció el labio al hablar.
-Manolo, prepara la furgoneta -ordenó Jingjing-. Nos vamos al cementerio.

Continuará