Un cadáver que no llevaba ni dos días enterrado se
revolvía en su tumba. Un cadáver que no había sido llorado y que
en vida nunca había llorado por nadie. Un cadáver cuya muerte había
sido provocada por una cuerda no medida. Un gemido de angustia se
alzó desde la tumba.
-¿Dónde estoy? -preguntó con miedo.
-Muerto -respondió una voz cavernosa.
Fue en ese momento cuando comprendió que no estaba solo
en la oscuridad. Había alguien a su lado. No. No alguien. Algo. Una
presencia inmensa y oscura que parecía fundirse en las tinieblas. La
misma presencia que sienten los hombres cuando, sintiéndose seguros
en sus casas, se asoman por la ventana en la noche. En el silencio,
pueden sentir las sombras que se mueven justo en el límite de su
visión. Pueden sentir el tintineo metálico, canción macabra que
acompaña a la muerte en la oscuridad. Pueden sentir como la brisa
nocturna trae el olor de algo que no es de este mundo. Pero al
segundo siguiente lo olvidan, y vuelven a la tranquila seguridad de
sus hogares. Pero en ese segundo han sentido, han notado, han
conectado con “algo”. Esa misma maldad es la que está ahora al
lado del joven cadáver. Una maldad que no se disipa por mucho que
pasen los segundos.
-¿Cómo?
-No importa.
-¿No importa? -gritó el cadáver con desesperación-.
¡No midieron la cuerda!
-Puedo hacer que regreses.
-¿Regresar?
-Al mundo de los vivos. Con poder.
-¿Con poder?
-Es un trato. Yo te devuelvo al mundo de los vivos. Tú,
a cambio, haces algo por mí.
-¿Quién eres?
-No importa.
-¿Qué tengo que hacer a cambio?
-Destruir a un viejo enemigo mío.
-¿Quién?
-Se llama Canael. Yo haré que le conozcas.
-¿Seré poderoso?
-Es un trato.
El
suelo tembló mientras la lápida se agrietaba. La losa se partió en
dos y una oscura silueta translúcida con malvados ojos de fuego
surgió de ella.
-¡Sí! -gritó al oscuro y cada vez más nublado cielo
con voz de ultratumba.
El ser se miró perplejo y, sonriendo con maldad, se
encaminó hacia la verja de salida.
Continuará
¿si? ¿le devuelven a la vida y le dan poderes y solo se le ocurre decir ¡si!? como mínimo un sus vais a cagar o algo igual de poético...
ResponderEliminarNo le iba a poner la típica carcajada de villano megalómano "LO QUE SEA (LLÁMALO X) SERÁ MÍO!!!!! MUAJAJAJAJAJAJAJAAAA!!!!!" que te quedas diciendo, y el gilip*ll*s este, a qué le habrá encontrado tanta gracia...
ResponderEliminar(pero en el fondo es lo que haríamos todos, aunque de puertas afuera digamos otras cosas)
ResponderEliminar¿Qué decimos de puertas para afuera?
ResponderEliminarpues normalmente ¡qué frío hace, vuelvo a buscarme una chaqueta!
ResponderEliminarY ahora es cuando aparece Misferioso y grita: ¡Festival del humooor!
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