lunes, 17 de diciembre de 2012

Estoy de Vuelta 45


-Nada -dijo por fin Manolo, quien parecía más ocupado en buscar petróleo en su nariz que zombies en el cementerio.
-¿Nada? -preguntó incrédula Jingjing.
-Al contrario, todo -replicó Harry-. Las tumbas han sido abiertas desde dentro y son el comienzo de un rastro de tierra que llega hasta la puerta del cementerio. Allí los rastros se separan en diferentes caminos, pero la mayoría llevan a la ciudad.
-Estupendo -sonrió Jingjing.
-Esperad un momento -pidió Manolo-. No creeréis realmente en muertos vivientes, ¿verdad? O sea, yo pensé que...
-¿Que este trabajo era una coña? -le interrumpió Jingjing-. ¿Que sólo nos dedicaríamos a vender psicofonías a programas cutres de televisiones locales? Por favor, Manolo, madura.
-Si son engendros diabólicos, es nuestra misión el devolver a esas criaturas a los abismos -dijo muy serio el Pater.
-¿Y si no lo son? -se burló Harry-. ¿Y si sólo querían estirar las piernas?
-¡Blasfemo! -le gritó el Pater mientras echaba a andar hacia la furgoneta- ¡Contra los demonios del averno no debemos permitirnos la más mínima relajación moral!
-Se toma esto muy a pecho, ¿no? -le susurró Manolo a Jingjing.
-Ha visto mucho más que el resto de nosotros, Manolo -le respondió ésta-. Vamos a la ciudad.
-Ha visto mucho más que el resto de nosotros... ¿mucho más qué? -preguntó Manolo- ¿Películas de miedo?

Y los Cazadores Investigadores de lo Paranormal y lo Oculto Taumatúrgicamente Eficientes montaron en su furgoneta y arrancaron, en dirección a la ciudad.

Continuará

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