viernes, 4 de enero de 2013

Estoy de Vuelta 54


-En fin, voy a presentarte -dijo Rubén, completamente anonadado-. Este es Fito, Poeta, Cosme, Canael y Sheila.
-¡Joer! -chilló entonces Sebas, sobresaltando a todo el grupo-. ¡Menudo pibón!
-¿Qué es un pibón? -preguntó Sheila sin comprender-. Intenté mantenerme actualizada con el idioma hablando con muertos recientes, pero hay palabras que se me escapan...
-¡Un pibón eres tú, preciosa! -dijo Sebas mientras hacía la parodia de una reverencia.
-No entiendo… -respondió Sheila, totalmente confundida.
-¡Eh, payaso! -se encaró Fito con Sebas- ¡Que yo la ví primero!
-Vale, tronco, perdona... que no sabía que ya estaba pillada, jo...
-¿Me podeis explicar de qué...? -comenzó a preguntar Sheila.
-¿Habéis visto el cielo? -les interrumpió Cosme con tono severo.
-¿Le pasa algo? -preguntó Rubén mientras todos miraban hacia arriba.
-¿Por qué preguntas por el cielo? -se extrañó Canael.
-Para cambiar de tema -respondió Cosme con franqueza- ¿Recordáis que no sabíamos si el sol nos mataría como a Bela Lugosi en una vieja peli de vampiros?
-Sí -contestó Fito-. ¿Por qué lo preguntas?
-Porque no queda ni una hora para que amanezca y me importa un comino lo que pase, yo quiero volver a ver un amanecer tras tantos años…
-Bueno, podemos despedir al Sebas este y luego irnos a ver el amanecer -opinó Fito-. Con un poco de suerte no nos convertiremos en polvo.
-Eh, tío huesos -dijo Sebas-, ¿qué dices de despedirme? ¿Te crees que voy a dejaros solos? Esto es lo mejor que me ha pasado en toda mi existencia y además, seguro que necesitareis mi ayuda.
-Bueno, ha sido un placer conocerte -intervino Cosme-, pero creo que Fito tiene razón por una vez en su vida y...
-El coche es mío -le cortó Sebas.
-Podemos robártelo -replicó Fito de malos modos.
-Y yo entonces me chivaré, y os comenzarán a perseguir todos los exorcistas del país -contestó Sebas sonriente.
-Ya nos persiguen unos idiotas por no haberte callado cuando estabas borracho en el maletero -le recriminó Fito-. Y encima llamados C.I.P.O.T.E. No me importaría que me persiguiera alguien al estilo Van Helsing… ¿pero un grupo de anormales llamado C.I.P.O.T.E.? Por amor de Dios, uno puede estar descomponiéndose, pero mantiene su dignidad…
-¡Pues os perseguirán más aún, chincha-rabia! -respondió Sebas.
-También podemos matarte -amenazó Fito con un tono siniestro en su voz.
-Eres tonto -rió Sebas-. Cuando un muerto viviente mata a alguien, la víctima se transforma en otro muerto viviente.
-¿Es verdad eso? -preguntó Fito a Canael, momentáneamente confudido.
-No lo sé -respondió el demonio con una sonrisa irónica-. Quizás deberías probarlo.
-¿Y que el Sebas éste nos siga por toda la eternidad? -se horrorizó Fito-. No, gracias... tenemos suficiente ya con Poeta.
-¡Entonces me quedo! -gritó Sebas completamente ilusionado.
-Si no hay más remedio... -se resignó Cosme.
-Aunque si no os importa, antes tengo que mear…
-¡No me extraña, con lo que has bebido! -se exasperó Fito.

Continuará

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