jueves, 17 de enero de 2013

Estoy de Vuelta 61


Metros por debajo de la superficie, en el alcantarillado de la ciudad, el Espectro descansaba recostado en una sucia pared. En este mundo oscuro y húmedo se sentía a salvo de los lacerantes rayos del sol. Sólo ver la claridad a través de las bocacalles ya hacía que le doliera todo su oscuro cuerpo.

Por instinto, sabía que si lograba absorber un alma realmente pura, podría liberarse de las debilidades que le acosaban y de tener que obedecer los caprichos de su auténtico “amo”.

Pero, ¿quién en este mundo podría tener un alma de tales características?

En ese momento, recordó. Recordó hacía tan sólo unos días… cuando él estaba enterrado, descomponiéndose… era difícil sentir, pero aún así él lo notó… una presencia que transmitía tanta pureza que atravesaba la losa de su tumba y llegaba hasta su pecho. El Espectro se internó lo más que pudo en sí mismo, intentando volver hacia atrás. Al cabo de unos minutos, sonrió.

-Isabel -fue lo único que dijo.

Continuará

1 comentario:

  1. Almas puras, vírgenes doncellas... como se nota que es una historia de ficción...

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