-¡Arranca, por lo que más quieras! -gritaba Fito al
viejo vehículo-. ¡Arranca!
-No me digas que se ha calado -suspiró Cosme.
El coche emitió en ese momento un tranquilizador
ronroneo y arrancó por fin.
-¡Rápido! ¡Antes de que vuelva! -se decía a sí
mismo Fito mientras aceleraba.
-Pues a mí me da pena, el pobre -dijo Sheila-. Además,
me gustaría saber qué es un “puro trash”.
-¡Más pena me doy yo, pues abulto menos! -replicó
Cosme, contento de perder de vista a Sebas-. De todos modos, os
apuesto tres contra uno a que nos lo volvemos a encontrar.
-El cielo está precioso ahora -sonrió Sheila sin dejar
de mirar los reflejos rojizos y dorados en las nubes.
-Por favor -pidió Canael-. ¿Podríamos centrarnos en
la búsqueda del Espectro?
-Sí, mi infernal amigo... -respondió Fito-. Pero, ¿qué
esperas que hagamos? ¿Que pongamos la radio y nos dé una pista
sobre el Espectro dichoso?
Y para dar más énfasis a sus palabras, Fito golpeó
despectivamente el mando de la radio. La voz preocupada de un locutor
de la emisora local comenzó a sonar:
-...noche realmente extraña en nuestra ciudad, en la
cual se han registrado diversos sucesos que parecen más propios de
una película de terror de serie B que de un noticiario, pero así
nos llega el parte y así lo contamos. Todo pareció comenzar con la
muerte de tres jóvenes en horribles circunstancias...
-¿Hemos llegado a matar a alguien? -preguntó Fito
extrañado.
-¡Calla! -siseó Cosme.
-...cuyos cuerpos se encontraron literalmente resecos,
como si el interior de su cuerpo hubiera sido “chupado”, según
el relato de varios testigos. Lamentamos no poder ser más rigurosos
en la descripción, aunque estamos seguros de que si lo fuéramos no
sería agradable. La policía no se explica lo ocurrido ni el motivo
de tan cruentas muertes. Una vecina del bloque, situado en la calle
Calahorra, avisó a la policía tras darse cuenta de que la puerta de
la vivienda donde sucedieron los hechos estaba abierta y...
-El Espectro -sentenció Canael.
-Qué marrón -susurró Fito-. Supongo que nos volvemos
al pueblo, ¿no?
-A la calle Calahorra, tíos -dijo Cosme-. Veremos a ver
si allí sacamos algo en claro.
-...además, en diversos puntos de la ciudad se han
denunciado apariciones de lo que los testigos han definido como
“muertos vivientes”. ¿Nos encontramos ante una broma? ¿O
realmente “algo” ha pasado esta noche en nuestra ciudad? ¿Es
posible que...
Fito apagó la radio.
-Ya sabemos lo que ha pasado, no te molestes en
relatarlo.
Y con un volantazo, Fito puso rumbo de vuelta a la
ciudad.
Continuará
Llegan justo cuando está todo el mundo por fuera curioseando, mal momento ese para una entrada triunfal (o bueno, según se mire)
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