-Y por el amor de Dios, no te muevas -le decía el Pater
a Manolo mientras tiraba a la basura restos de venda sanguinolentos.
La verdad, había tardado bastante en conseguir cortar la hemorragia.
-Entre unas cosas y otras, una noche sin dormir
-protestó Harry.
-Ahora mismo, lo que menos me importa es eso -suspiró
Jingjing.
El sonido del teléfono les interrumpió. Jingjing
descolgó extrañada.
-¿Sí? ¿A cobro revertido? –Jingjing suspiró-. Sí,
la acepto. Buenas... Sí. Sí. Sí. Ajá. De acuerdo, vamos para
allá. Espérenos. Gracias -y colgó.
-¿Quién era? -preguntó Harry.
-Creo que tenemos algo -respondió Jingjing.
Continuará
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