La puerta del refugio de los Cazadores Investigadores de
lo Paranormal y lo Oculto Taumatúrgicamente Eficientes se abrió con
brusquedad. El primero en entrar fue Harry, casi corriendo en
dirección al botiquín. Había vuelto a abrirse la herida de su
cabeza y su mayor preocupación era no pringarlo todo de sangre.
Después entraron Jingjing y el Pater, que ayudaban a
caminar a Manolo, presa de un ataque de nervios.
-Voy a prepararte una tila -dijo el Pater.
-Gra... gracias -respondió Manolo entre su castañetear
de dientes-. Yo… yo mientras… yo voy a cambiarme de ropa, ¿eh?
-¿Estás bien, Harry? -preguntó Jingjing.
-Me he tenido que dar tres puntos de sutura -se quejó
éste mientras dejaba caer una aguja y unas tijeras-. ¿No te pareció
una escena muy atípica?
-¿El qué?
-Varias bestias del submundo huyendo en un viejo
vehículo y defendiéndose lanzando herramientas. Con una puntería
exquisita, eso sí.
-¡El mal se disfraza de muchas formas! -llegó la voz
airada del Pater desde la cocina-. ¡Mis oraciones fueron escuchadas!
Invoqué la ayuda divina para dejar indefensos a nuestros enemigos.
¡Por eso recurrieron a un truco tan vil!
-Pues tanta ayuda divina no evitó que me abrieran la
cabeza y que nos estrelláramos con la furgoneta -gruñó Harry.
-Aún así, Harry... -dijo Jingjing.
-¿Qué?
-Su ataque... ¿o su defensa? Su primera reacción fue
huir... y no nos atacaron hasta que les disparaste.
-¿Estás diciendo que...?
A Harry le interrumpió la voz monótona de Manolo.
-La función característica es única para cada
variable aleatoria, puesto que a cada función de distribución le
corresponde por definición una función característica que se
corresponde con esta distribución, y se corresponde biunivócamente
a la función de distribución...
-Pero, ¿qué...? -preguntó Harry.
-Chist -le hizo una seña Jingjing de que guardara
silencio-. A Manolo le relaja leer sus viejos apuntes de estadística.
-Dios salve a la reina... -dijo Harry.
-La función característica siempre va a existir; la
función de distribución de una variable aleatoria se puede
determinar mediante la función característica cuando los momentos
de la distribución existan. Estos son generados a través de la
función característica...
La voz de Manolo siguió escuchándose un par de minutos
que se hicieron insoportables para el resto.
Cuando acabó, mucho más relajado, Manolo se puso en
pie y comenzó a caminar por la habitación mientras se hurgaba la
nariz con evidente regocijo.
En ese momento llegó el Pater con una bandeja en las
manos. Gritó:
-¡Traigo la tila!
Y dio una patada a la puerta.
Lo siguiente que se escuchó fue un grito de Manolo. La
puerta le había golpeado en el brazo. La mitad de su dedo índice
había entrado dentro del orificio nasal derecho, y su puño
comenzaba a bañarse en sangre.
A Manolo le dio otro ataque de nervios.
Continuará
Tiene suerte de no haberse estado quitando una legaña de un ojo...
ResponderEliminarO quitando la legaña al tiempo que se mete el dedo en la nariz, mientras se muerde la lengua y piensa en la actual coyuntura socioeconómica...
ResponderEliminarlo de la actual coyuntura... es porque añade veneno a la ecuación y hace más mortífera la mordida de lengua?
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